Capítulo 1
El pequeño
Alejandro cuando buscaba unos juguetes en el viejo baúl que se encontraba en el
sótano de la cabaña, vio unas fotografías llamándole la atención una de ellas,
inmediatamente fue en busca de su abuelo para preguntarle quiénes eran, él al
verla dijo son mis abuelos Isabel y Alejandro, antes de la catástrofe de este
planeta lucharon contra la injusticia y daban fórmulas para lograr un cambio
social de la humanidad. Isabel desde muy pequeña sintió el drama humano cuando
vio en las calles niños mendigando, junto con Alejandro y varios benefactores
entre ellos su padrino José Luis, crearon una fundación para atender a estos
niños desprotegidos. Más tarde mientras estudiaban en la Universidad,
indignados ante tanta corrupción y malas políticas que habían generado una
crisis financiera en el mundo, decidieron estudiar las causas que la
originaron, llegando a la conclusión que toda crisis estaba hecha a propósito
por las grandes fortunas, con el fin de quitarse de en medio a pequeñas y medianas
industrias que significaban un estorbo a sus intereses. Aprovechando su poder
económico, social y político se apoderaban de los gobiernos, quitaban y ponían presidentes
a su antojo quienes dictaban leyes a favor de estos, sin importarles la suerte
que corrían los más desfavorecidos y con teorías falsas manipulaban sus mentes
para mantenerlos en la ignorancia y fueran presas fáciles a su servicio.
Ella movida por el dolor ajeno,
con sus discursos llamaba a la reflexión, les decía a los que poseían mayor
fortuna, que con su forma de actuar, solo estaban consiguiendo llevar a la
destrucción total del planeta tierra, donde sucumbirán víctimas de sus propias obras,
también llamaba a la reflexión a todo el pueblo, diciéndoles que si querían un
cambio social de la humanidad, deberían comenzar a trabajar consigo mismo,
despojarse de todo elemento inhumano que llevara dentro, si de verdad aspiraban
a una vida mejor.
Antes de la catástrofe de este
planeta, existían dos tipos de partidos, los de derecha que favorecían a los que tenían más
dinero y los de izquierda, se decían ser socialistas, sin embargo, terminaban
siempre a favor de estos señores. Isabel afirmaba que ninguno de estos partidos
podía solucionar los problemas que aquejaban a la sociedad porque eran simples
marionetas al servicio del sistema que habían creado, con el fin de explotar y
esclavizar a la inmensa mayoría de personas, con medios fraudulentos se
apoderaban de la economía mundial, motivo por el cual creó un partido de tipo
humanista concebido en una sociedad sin clases sociales, solo así era posible
conquistar la libertad, la paz y el amor que tanto anhelaba para su pueblo ya
que existiendo pobres y ricos, habría siempre explotación, hambre, miseria, guerras,
si realmente pretendían un paraíso en la tierra, tenían que escuchar a
Isabel, porque era la conciencia del pueblo.
Mientras pasaba todo esto en la
vida cotidiana de ambos, paralelamente en sus sueños adquirían experiencias que
les ayudarían a cumplir sus objetivos, que era establecer entre sus habitantes una
convivencia más justa y humana, ella en sus sueños visitaba un planeta donde la
ciencia y la sociedad era mucho más avanzada que la nuestra, en cambio él en
sus sueños, Nereida la hija del mar al ver que la contaminación ponía en peligro
la extinción de todas las especies que viven dentro del mar, le encomendó la
misión de rescatar a Isabel que se encontraba prisionera en lo más alto de la
montaña, para lograrlo, debía luchar con innumerables bestias que se hallaban a
lo largo de su camino, ella una vez libre ocuparía su trono como reina del mar.
El pequeño Alejandro muy emocionado quería que le contara la historia
de sus tatarabuelos, el abuelo accedió, sacó un libro que escribió narrando la
vida de ellos y le pidió que terminara de desayunar, luego salieron a la playa,
caminaron por la orilla del mar, llegando a unas rocas se sentaron sobre estas,
abrió el libro en la primera página y leyó la advertencia que hacía para
comprender mejor su contenido: “Para entender esta novela, hay que poner en
juicio nuestra conducta, leerla con mente abierta, receptiva, sin prejuicios de
ninguna clase, desprovista de todo interés personal y hacer volar nuestra
imaginación para capturar la magia y los misterios que encierra el Universo”. A
continuación se ubicó en el primer capítulo y comenzó a leer:
Amanecía, todo el pueblo
engalanado con flores y serpentinas estaba de fiesta, en una de las habitaciones
de la casa de Samuel, nacía su hija Isabel, al ritmo de tambores y comparsas se
escuchaba el llanto de quien más tarde ocuparía su trono como reina del mar,
ahora solo era una gota de agua pura y transparente, a su alrededor todo era
tranquilidad, el bullicio de la gente apenas se escuchaba a lo lejos, de pronto
interrumpieron unos hombres encapuchados y empleando la violencia obligaron a
la madre a entregarles a la niña, en ese momento sentía que le robaban un
pedazo de su alma, fue tanta la desesperación que cayó inconsciente al suelo.
Pasaron los
años y la madre de nombre Raquel ya no era la misma, todavía sufría por la
ausencia de su hija, mientras en un pueblo distante, ella crecía en una familia
que poseía grandes riquezas, se había convertido en una niña hermosa y
radiante, por donde pasaba acaparaba las miradas de propios y extraños, llamaba
la atención por sus movimientos, porque daba la sensación que caminaba por el
aire y a cada paso, el viento como una ola, ondeaba su larga cabellera.
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